enero 22 2017 0comment

Trump, sueño americano o incertidumbre para las empresas vascas?

El 9 de noviembre despertábamos con la inesperada noticia de la victoria del excéntrico magnate en las elecciones presidenciales americanas abriendo un periodo de incertidumbre económica a nivel mundial y local. Y ayer, 20 de Enero de 2017, presenciamos la investidura de Donald Trump como 45º presidente de los EEUU.

Estados Unidos ha sido durante décadas el líder de la economía global, además de unos de los principales garante de su apertura y globalización. Pero, ¿parece que esto va a cambiar?.

Durante la campaña electoral el magnate ha prometido a los americanos revitalizar la industria nacional y el empleo que, según su juicio, se deben a la injusta competencia internacional (sobre todo china y mexicana) lo cual pronostica que EEUU no vaya a jugar un papel de liderazgo en la economía mundial. No olvidemos que Estados Unidos lleva años prestando cada vez menos atención a los asuntos internacionales e intentando reducir su gasto en política exterior para no sufrir lo que el historiador británico Paul Kennedy denominó como Imperial overstretch* (“sobrecarga imperial”), teoría que sostiene que los imperios que han mantenido demasiados frentes abiertos en el exterior han llegado al colapso y a la bancarrota.
Lo que es innegable es que la comunidad internacional, y muchas de nuestras empresas vascas, aguardan a que el mediático y polémico candidato dé paso a la figura de presidente de EE UU.Por tanto, sin interés por hacer sacrificios internos a favor de resolver retos económicos globales, es muy probable que los nuevos acuerdos comerciales tales como la TPP con Asia y la TTIP con la Unión Europea se paralicen.

Tal y como explica el director general de Confebask, Eduardo Aréchaga, a DV «una cosa es la campaña y otra muy diferente la gobernación. El peligro real del ‘misterio Trump’, afirma, es que «estamos hablando de la primera potencia mundial, de alguien que maneja el tablero económico global». «A nadie le interesa una guerra comercial internacional, y Estados Unidos también tiene empresas exportadoras muy potentes”.

Por otro lado, la consejera de Desarrollo Económico vasca, Arantza Tapia, ha señalado en relación a Trump que «No es dueño de un imperio, no es un poder imperial” y “debemos confiar en la democracia profundamente institucionalizada», llamando a la calma al tejido productivo de Euskadi.

Es cierto, que aunque es pronto para conocer las consecuencias de su política económica, cuyo programa es aún poco concreto y, a veces, contradictorio, sí se puede intuir qué sectores y empresas y sectores podrían verse perjudicadas o favorecidas.

A grandes rasgos, los planes de Trump pretenden impulsar las infraestructuras, apoyar las energías convencionales y las siderúrgicas. A nivel global se espera que su política proteccionista y su rechazo a firmar acuerdos de comercio internacional dañará, vía aranceles y mayores costes, a las compañías que exportan a EEUU.

Fuente: www.cafusa.com

Lo que parece positivo son los planes de Trump de reducir el Impuesto de Sociedades del 35% al 15%, lo cual favorecerá fiscalmente a las empresas españolas con presencia en EEUU.

De igual forma, se espera que Trump siga con el plan de inversiones aprobadas por Obama para impulsar la renovación de infraestructuras entre ellas la mejora de la red ferroviaria. Y en caso de llevarse a cabo dichas renovaciones, para las empresas vascas relacionadas con el sector (CAF y demás empresas auxiliares), EEUU parece que seguirá siendo un país atractivo.

En el lado contrario, el rechazo del magnate hacia las políticas que reducen el cambio climático y la consiguiente falta de interés por las energías renovables, podría perjudicar a varias de nuestras empresas del sector. Aunque a corto plazo nos mostremos confiados, son muchos los que miran inquietos al magnate en un momento en el que Euskadi cuenta con 22 empresas del sector instaladas en el mercado, el 14% de los pedidos de Gamesa este año se concentran en EEUU y Siemens es el tercer mayor fabricante de turbinas en dicho país

Y por último, al hablar del sector de la automoción, nos encontramos con las dos caras de la moneda para nuestras empresas. Las recientes declaraciones del presidente sobre las inversiones del fabricante americano Ford, auguran un futuro alentador para las empresas vascas implantadas en el mercado, pero no podemos dejar de mirar al país azteca. Ya que es en México donde se encuentran gran parte de los suministradores de la industria norteamericana y donde muchas de nuestras empresas fabricantes de componentes de automoción e industria auxiliar también poseen tanto plantas productivas como centros de suministro.

El nuevo presidente quiere endurecer o incluso acabar con el tratado de libre comercio con México, que se ha convertido en un país clave para producir coches a coste competitivo para exportan al país vecino. Quien al respecto, el director general de Confebask, Eduardo Aréchaga parece recomienda calma y prudencia “Es difícil dar un giro brusco, habrá que ver esa hoja de ruta que plantee a medio plazo”.

Fuente: goo.gl/9IX84j

En un mundo globalizado en el que la competitividad de las empresas y el incremento de su valor añadido se basa en el impulso de la I+D+i y la internacionalización entre otros el magnate apenas menciona este concepto y se basa principalmente en acciones proteccionistas que aunque posiblemente le den réditos en el corto plazo y contenten a sus votantes, crea una atmósfera de incertidumbre en el medio y largo plazo no solo a nivel internacional sino para su propia economía. Sin olvidar la postura que puede adoptar antes países como Iran, China, o incluso Europa. ¿Se puede basar la fortaleza de una economía en la amenaza de imponer aranceles? ¿o simplemente en grandes proyectos de infraestructuras ? y habrá que ver al respuesta del resto del mundo a las medidas proteccionistas que posiblemente implemente el nuevo presidente, ¿reaccionará la comunidad internacional pagando con la misma moneda y cerrando las fronteras a los Americanos ? muchas preguntas y pocas respuestas.

Es cierto, que EEUU seguirá cumpliendo el sueño americano de las empresas que se encuentran implantadas en el mercado y que atienden las necesidades de aquellos sectores que Trump pretende favorecer. Pero no cabe duda de que la incertidumbre es la sensación predominante, ante lo cual, tanto las empresas implantadas en EEUU, como las que exportan al mercado americano desde casa o desde sus plantas mejicanas debemos seguir trabajando, colaborando e innovando.Tenemos que ir preparándonos mientras esperamos a ver el rumbo real que cobran las palabras marketinianas del magnate o quizás Adam Laxalt conocido como “la conexión vasca” sepa algo más.

 

 

 

* Might Washington, like Rome, fall victim to imperial overstretch? Could military force abroad eventually have to be withdrawn because of bankruptcy at home? Might the whole idea of America eventually be challenged and destroyed by some charismatic new faith: some fundamentalist variant on Christianity? Or will nature disrupt America’s new world order? ”

— Robert Harris, “Does Rome’s fate await the US?,” The Mail on Sunday, October 12, 2003

 

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