Irán, país del que tanto se está hablando durante las últimas semanas… pues al respecto, escribimos con el optimismo de las oportunidades que el levantamiento de las sanciones pueden abrir a nuestras empresas, pero con un punto de nostalgia por el fin de esas visitas al país y a sus tesoros sin grupos de turistas guiados a gritos y siguiendo banderas o paraguas en alto, o las oleadas de delegaciones de medio mundo que están e irán llegando en los próximos meses.
Y a todos aquellos que todavía tienen ciertas reticencias y me preguntan si es seguro visitar el país, y especialmente siendo mujer, les digo que sí, y que cubrirse parte de la melena por poder caminar entre los edificios de Isfahan intentando imaginarme al personaje de Jesse ben Benjamin (Noah Gordon, El Medico – The Physician) al contemplar ese mismo lugar a su llegada, entrar por la Puerta de las Naciones de Persepolis y mirar hacia atrás para intentar hacerme una idea de la grandiosidad del espectáculo de ver llegar a aquellas caravanas de príncipes de oriente sobre camellos, egipcios ataviados con sus llamativos ropajes, exóticos indios sobre sus elefantes que llegarían a rendir pleitesía por última vez a Dario III antes de que Alejandro Magno lo redujera a cenizas, o caminar por los jardines del gran poeta Hafez en Shiraz, o las ruinas y tierras casi marcianas de Kerman, acompañados por la calidez y amabilidad de los iraníes, es un precio muy pequeño a pagar.
Ahora bien, centrémonos en lo que a muchos de vosotros realmente os interesa, el potencial y oportunidades del país para nuestros negocios.
Si bien el acuerdo ha sido polémico y es aún objeto de debate, lo que es cierto es que representa un reto interesante no solo para Irán, sino también para Oriente y Medio y Norte de África (MENA). El futuro desarrollo del mercado Iraní y la potencial apertura a los inversores de todo el mundo debe contribuir al desarrollo económico del país y de la región, e incluso podría ayudar a atenuar las tensiones políticas.
Irán, es la tercera economía más grande de Oriente Medio, una economía por valor de alrededor de US $ 400 mil millones, una población de 78 millones de habitantes, muchos de los cuales son jóvenes, educados, con dinero y ganas de gastar. Ejemplo de ellos es que se dice que hay unos 6,5 millones de iPhones en circulación, a pesar de Apple prohibiera la venta de sus productos directamente en Irán.
«No hay ni una sola semana en la que no hablemos con al menos una o dos delegaciones extranjeras», dicen el Director General de una empresa de inversiones de Teherán, y «todos dicen que quieren ser el primero en Irán», dice.
Eso parece que va a ser poco probable para la mayoría de las empresas vascas. Lo que es cierto es que el nuevo acuerdo todavía requiere de muchos pasos hasta la aprobación de las sanciones por parte de EEUU lo cual va a dar unos metros de ventaja a las empresas europeas en la carrera por los contratos en el mercado, y es una ventaja que debemos saber aprovechar. Eso sí, siempre y cuando se defina un marco jurídico claro a nivel nacional, tal y como han hecho otro países europeos.
En muchas industrias, los embargos han contribuido a lo que equivale a 36 años de demanda acumulada. Los años de sanciones han reducido las exportaciones de empresas de occidente entre ellas las europeas, y vascas, y ha dado como resultado un elevado porcentaje de maquinaria Made in China para el sector industrial, una falta de inversión pública en infraestructuras, y una devaluación de la divisa; y los elevados aranceles a productos importados los hacia menos competitivos en comparación a los de fabricación nacional.
Aunque las sanciones y los aranceles han propiciado que Irán se haya convertido en un país manufacturero en sí para dar respuesta la demanda interna de un país de más de unos 80 millones de habitante, se espera que el nivel de industrialización de la economía aumente aún más en sectores como aviación, automoción, energía y consumo, entre otras.
Tal y como declaró el ministro iraní de Transporte y Desarrollo Urbano, Abás Ajundi, “las aerolínea nacional de Irán tiene aviones con un promedio de 20 años de antigüedad, y si sigue la actual situación, esta cifra va a ser de más de 30 en los próximos diez años” lo cual implicaría que “en tal situación, la mayoría de los aviones de pasajeros no será capaz de volar”. Por lo tanto, las autoridades dicen que planean gastar US $ 20 mil millones en 400 nuevos aparatos en la siguiente década, lo cual es una gran noticia para empresas como Airbus y Boeing y lo cual esperamos que supondrá un impacto positivo en empresas ubicadas en Euskadi.
En sectores como automoción, parece que las grandes empresas ya han comenzado a firmar importantes acuerdos rápidamente. Mercedes-Benz, Peugeot, Renault y han anunciado planes para empezar a vender al mercado de automóviles de Irán, con el que ya tienen lazos profundos (Irán fue el mayor mercado de Peugeot fuera de Francia hasta 2011). Irán cuenta con un parque de más de 15 millones de unidades, pero con unas altas tasas de envejecimiento. El aumento en un 61% de la producción automovilística en 2014, el crecimiento estimado por el FMI para el país de un 4% en 2016 y de un 5.5% para 2017, junto con la creciente demanda de automóviles y componentes (debido a la actual oferta de empresas de bajo coste chinas), supone oportunidades de negocio para nuestra industria de la automoción.
Según las fuentes de un importante holding iraní, existe interés en potenciar ésta industria y, para ello, contar con los fabricantes de componentes vascos, que, a diferencia de otros países del entorno, fabrican productos de excelente calidad, valor añadido, desarrollo tecnológico y a precios competitivos. Existe también una gran oportunidad para el mercado de recambios que son muy valorados. En la actualidad, Irán ocupa el puesto 18 a nivel mundial como productor de vehículos con unas cifras que superan el millón de unidades, donde dos empresas, Saipa e Irán Khodro Group, representan aproximadamente el 94% de la producción nacional. Aun así, el sector de automoción es un sector de gran peso en la economía vasca, e Irán podría abrirse como una pequeña ventana de oportunidades en el portfolio global de países con los que nuestras empresas llevan ya décadas trabajando.
Los funcionarios iraníes dicen que tienen la intención de invertir miles de millones en la modernización de las instalaciones de petróleo y gas, concretamente, Irán dice que necesita US$ 230 mil millones de dólares en mejoras a sus instalaciones de energía. Como hemos mencionado anteriormente, mucha de la maquinaria del país es Made in China. El comercio China- Irán fue de US$ 44 mil millones en 2014, pero las empresas chinas pronto podrían estar compartiendo su mercado frente a los competidores occidentales, y creemos que las empresas vascas de máquina-herramienta son una opción competitiva y de gran valor añadido para las empresas iraníes.
Recordaremos titulares de prensa sobre investigaciones a algunas de nuestras empresas por la venta de productos al país. Indicador de que la demanda de máquina-herramienta del país ya es conocida desde hace tiempo por las empresas vascas. Y la eliminación de sanciones permitirá poder exportar y dar respuesta a dichos clientes iraníes, en muchos casos ya identificados e incluso conocidos por nuestras empresas. Sin olvidarnos de los proveedores de productos relacionados con el sector oil & gas (tubos, bombas, etc) donde las empresas vascas ya han demostrado ser muy competitivas, e incluso cuentan con implantaciones productivas en destino.
Otras de las áreas de interés serían las infraestructuras y la energía. Existen ya en sus planes los grandes proyectos de ingeniería y los proyectos para el sector energético. Y, aunque a corto plazo la inversión parece que se destinará a proyectos de oil gas y al nuclear, las estrategias de diversificación de países hacia nuevas fuentes de energía ya se están definiendo e implantando poco a poco ofreciendo un mercado interesante a empresas vascas del sector de las energías renovables. Y por el interés que suscitan las energías renovables, a éste último sector le he dedicado un post especial: Soplan vientos favorables en Irán para las empresas de vascas de Energía renovable?
Y sin olvidarnos de los proyectos de modernización de infraestructuras ferroviarias. Irán es un país grande, con una superficie de más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, y en la que su red ferroviaria representa menos del 11 por ciento del transporte en general, y que sirve a 33 millones de personas por año en un país de aproximadamente 80 millones de habitantes. Irán ha apuntado un plan para invertir en la modernización y ampliación de su red ferroviaria, tal y como dijo hace unos meses el Director General de la Red de Ferrocarriles de la República Islámica de Irán Mohsen Poursaeed-Aqaei. Y en este sentido el país está intentando atraer a los inversores con una serie de incentivos en su intento de convertirse en un centro de transporte regional mediante el establecimiento de un corredor ferroviario que une el Golfo Pérsico y el subcontinente indio con Asia Central y más allá. Tal y como expreso Poursaeed-Aqaei «Hemos definido los proyectos ferroviarios que requieren inversiones de alrededor de $ 25 mil millones para los cuales hemos elaborado paquetes de incentivos para atraer la inversión nacional y extranjera».
El corredor de transporte Norte-Sur Internacional entre la India, Rusia, Irán, Europa y Asia Central para el transporte de mercancías por barco, ferrocarril y carretera estará vinculada a la Ruta de la Seda, y las autoridades dicen que los planes de Irán incluyen el aumento de la longitud de las líneas ferroviarias de 25.000 kilómetros en 2025 partiendo de la cifra actual de menos de 15.000 kilómetros. Según el ministro de Industrias, Minas y Comercio Mohammadreza Netmatzadeh, Irán necesita US $ 1.5 mil millones en inversión anual en el sector en los próximos seis años. Y en este sector, Euskadi cuenta con empresas líderes y punteras que además deberían de actuar como tractoras y ofrecer beneficios a muchas Pymes vascas de su cadena de valor (proveedores, empresas de gestión y mantenimiento, etc) en todos aquellos proyectos que se podrían conseguir en el país. En cuanto al sector turístico o infraestructuras en sector servicios, hay pocas grandes cadenas hoteleras internacionales y la inversión en el sector va a ser muy importante. Y aunque nuestras empresas no son conocidas por este tipo de proyectos integrales sí que contamos con empresas relacionadas con el sector que no deberían de perderse la oportunidad de crear alianzas y acuerdos con cadenas o firmas de arquitectura internacionales que se encargaran de llevar adelante números proyectos.
Irán ya tiene un amplio y próspero mercado de valores, con más de 400 sociedades cotizadas y una capitalización de mercado de más de US$100 mil millones. Y, aunque a primeras creamos lo contrario, son muchas las empresas competentes y bien administradas en Irán que representan una mezcla diversa de sectores e industrias. Rohani admitió que Teherán necesita atraer entre 30.000 y 50.000 millones de dólares en inversiones extranjeras directas durante los próximos cinco años. Invertir en Irán no solo significa invertir en petróleo; la manufactura, el sector transporte e incluso los bienes de consumo son también factores clave del crecimiento.
Productos cosméticos, de alimentación y textil, son entre otros, algunos bienes de consumo que las empresas vascas llevan tiempo exportando y que los consumidores iraníes ya reconocen y valoran. Y, aunque no se trate de empresas ni proyectos de grandísimo impacto en nuestra balanza comercial, eso no significa que los iraníes no sean o puedan ser proyectos y clientes de vital importancia para algunas de nuestras PYMES.
Hemos analizado los principales sectores e identificado un amplio y variado abanico de oportunidades, y aunque otros países como Francia, e Italia ya estén repartiéndose el pastel, considero que nuestras empresas deberían acudir al país sin miedo y con convencimiento, ya que en muchos campos contamos con grandes empresas; o especialistas en procesos específicos; o con productos de gran valor añadido y aporte tecnológico que seguro serán la opción más competitiva frente a otras empresas con las que ya además ya llevamos tiempo viéndonos las caras en otros muchos mercados.
Pero no todo es del color de las rosas de los jardines de Ghamsar, y las empresas vascas una vez allí todavía se enfrentarán a grandes desafíos, nuestros contactos en el país, pero sobre todo nuestra experiencia nos advierten de que:
- En primer lugar, el establecimiento de un claro marco jurídico que defina y garantice las posibles transacciones entre nuestras empresas e Irán
- «La burocracia sigue siendo engorrosa, así como altos niveles de interferencia política«, nos siguen comentando desde Teherán.
- Aunque entre las sanciones que ha levantado EU se incluyen las que afectaban a las transacciones financieras y bancarias (“Los bancos extranjeros estarán habilitados para otorgar préstamos de respaldo a proyectos de comercio con Irán”), seguros y reaseguros (“Compañías aseguradoras de Occidente pueden volver a asegurar embarques”), y el sistema SWIFT (“Los bancos iraníes volverán a conectarse a SWIFT, un sistema mundial de transacciones financieras), la importancia de contar con entidades financieras que garanticen que se puedan llevar a cabo transacciones con Irán es de vital importancia. Y, según informó el propio Rohani parece que así es: “En las pocas horas transcurridas desde el anuncio, se han abierto más de mil cartas de crédito en diferentes bancos extranjeros”. De todas formas, esperemos que realmente hayan terminado los tiempos de llamadas informando de nuevos retrasos de pagos por tener que conseguir divisa extranjera en el mercado negro a un coste que en ocasiones multiplicaba por dos el ratio oficial, el no poder abrir cartas de crédito o asegurar envíos, o seguir la pista de las transacciones que tardaban incluso semanas en llegar tras un periplo de transferencias por cuentas en Emiratos Árabes Unidos, Turquía o incluso países asiáticos, en definitiva, que no sea el sistema financiero el que frena el esfuerzo comercial de las empresas.
- Los valores extranjeros implican riesgos especiales, con el añadido de las fluctuaciones de la moneda o las incertidumbres económicas y políticas del país.
- Y, también advierten que el conflicto podría estallar entre, los jóvenes iraníes educados o con ganas de abrirse al mundo y los clérigos poderosos que dirigen el país creando de nuevo tensiones o incluso un marco político-económico difícil para las empresas occidentales
Aun así, espero poder decir que las empresas vascas claro que irán, y que los que se quedarán, y encantados además, serán los iraníes de poder contar con nuestras empresas como socios comerciales, tecnológicos, de inversión o de proyectos. Inshallah.
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